[Actualización a 7/XI/2023] Revisando por otras correcciones (el incorrecto et alter*) he visto que esta entrada la recuperé erróneamente en su día: copio y pego de versión en la WayBack Machine del 13/VI/2013.
Aunque ya he hablado de mi amor hacia las estatinas en este blog en otras ocasiones (aquí, acá, allá o acullá; algo lateral aquí), además de en comentarios en el blog de David (respuesta a María, respuesta a Reyes...), no dejan de sorprendernos estudios aireados a ventilador en prensa sobre los beneficiocérrimos que son semejante invención (copia de la levadura roja del arroz)
humana, las estatinas. Que los médicos estén en Bavia, totalmente
crédulos (algunos, cuanto más arriba, por interés) en el sistema
farmacéutico (en el que son el último eslabón en la cadena de venta) y
sus bondades, fiándose totalmente de la información filtrada que tanto
les suministran los visitadores médicos como les exponen colegas en
congresos financiados por las farmacéuticas, no significa que vosotros
hayáis de estarlo y que no podáis beneficiaros del derecho número 10 del paciente.
El acertijo sobre las estatinas, el colesterol bajo y el cáncer. U. Ravnskov et alter*. 2.011.
A cientos de millones de personas a lo largo de todo el globo les están
administrando estatinas porque se cree que su acción de reducción
lipídica proporciona beneficios cardioprotectores. Los efectos adversos
son considerados infrecuentes y suaves, y los autores de numerosos
estudios de casos de pacientes bajo tratamiento de estatinas emparejados
con casos de control de individuos sin tratamiento han incluso sugerido
un efecto protector contra numerosas enfermedades no cardiacas,
incluyendo el cáncer. Como contrapunto, cuatro estudios de intervención
aleatorizados de estatinas han dado como resultado un incremento
estadísticamente significativo de cáncer en el grupo bajo tratamiento, y
tanto varios estudios con casos emparejados con controles como estudios
de cohorte han mostrado un riesgo significativo de cáncer asociado con
las estatinas. Para aumentar el nivel de confusión en el tema,
metaanálisis de ensayos controlados y aleatorizados de estatinas no han
mostrado ni un aumento ni un descenso de riesgo de cáncer. Algunas de
estas discrepancias pueden ser resultado de no conseguir reconocer que
la cuenta de casos de cáncer en los ensayos de estatinas está sesgada
por varias razones.
En este altamente interesante artículo, el Dr. Ravnskov y compañeros
exponen los argumentos a favor de la interpretación de la mayor
incidencia de cáncer en pacientes consumiendo estatinas en los ensayos
clínicos en que se ha medido este hecho, sea debida a la reducción de
colesterol conseguida, dada la intervención de las lipoproteínas en la
defensa inmune del organismo y la relación entre varias infecciones
víricas y bacterianas con algunos tipos de cáncer. Asimismo, expone como
principal hipótesis de que no se haya medido en todos los ensayos de
intervención tanto en la breve duración de éstos cuando la mayoría de la
casuística de cáncer vendrá dada al cabo de varios lustros de
exposición, así como el estar centrados en poblaciones de bajo riesgo
(ni fumadores, ni ancianos); de especial interés es reseñar que los
tipos de cáncer con casuística más rápida frente a exposición donde
sería más fácil obtener datos en ensayos cortos, como los cánceres de
piel no-melanoma, son directa y convenientemente excluidos de las
estadísticas.
Por cierto, los Jaminet tienen varias entradas al respecto del papel de las lipoproteínas en la función inmune:
Sobre el impacto en la incidencia en el cáncer según la franja de edad, podéis consultar el metaanálisis
comentado por David Evans, donde con una población total de 42.902 (aproximadamente la mitad bajo tratamiento con
pravastatina),
la incidencia de cánces da un 6% superior para la población bajo
tratamiento, aunque estadísticamente no significativo; lo que sí salió
estadísticamente significativo fue un mayor riesgo de cáncer para los
consumidores de la estatina en función de la edad. Esta mayor
vulnerabilidad de los ancianos ante las maravillosas estatinas queda de
relieve en el resultado del
PROSPER:
incremento de los casos de cáncer del 25% (ratio de riesgo del 1'25 con
intervalo de confianza del 95% —grosso modo, 1 de cada 20 de estos
intervalos, supuesto que volviésemos a realizar el estudio otras 19
veces con mismo tamaño, no contendrá el resultado real al que
llegaríamos observando una población de tamaño mucho mayor— del 1'04 al
1'51) bajo estatinas respecto a bajo placebo.
Veamos a qué jugaron entonces los
investigadores daneses en su estudio epidemiológico, apuntado por
Concha en JyB., y también
comentado por el Dr. Briffa.
Población de control: enfermos
Uso de de estatinas y mortalidad relacionada con el cáncer reducida. Sune F. Nielsen
et alter*. 2.012.
Calculamos la mortalidad entre pacientes daneses que hubiesen recibido
un diagnóstico de cáncer entre 1995 y 2007, con seguimiento hasta el 31
de diciembre de 2009. Entre aquellos pacientes de 40 años o mayores
18.721 habían usado estatinas con regularidad con anterioridad al
diagnóstico y 277.204 no las habían consumido nunca.
Ratios de riesgo tras ajuste multivariable para los consumidores de
estatinas en comparación con pacientes que nunca las habían tomado,
fueron de 0'85 (intervalo de confianza del 95%, 0'83 a 0'87)
para muerte por cualquier causa y de 0'85 (0'82 a 0'87) para mortalidad
por cáncer. Ratios de riesgo ajustadas para mortalidad por cualquier
causa en función de la dosis diaria definida de estatinas (la dosis
promedio de mantenimiento por día) fueron de 0'82 (0'81 a 0'85) para una
dosis diaria definida de 0'01 a 0'75, 0'87 (0'83 a 0'89) para 0'76 a
1'50, y 0'87 (0'81 a 0'91) para dosis diarias definidas superiores a
1'50; las correspondientes ratio de riesgo para muerte por cáncer fueron
0'83 (0'81 a 0'86), 0'87 (0'83 a 0'91) y 0'87 (0'81 a 0'92). La
mortalidad relacionada con cáncer reducida entre los consumidores de
estatinas en comparación con los que no las habían tomado nunca se
observó para cada uno de los 13 tipos de cáncer.
El uso de estatinas en pacientes con cáncer está asociada con una
mortalidad relacionada con el cáncer reducida. Este hecho sugiere la
necesidad de ensayos clínicos con estatinas en pacientes con cáncer.
No diciendo los autores en ningún sitio que hayan mirado el nivel de
colesterol en ningún momento a lo largo del resumen accesible gratis, ni
antes del tratamiento con estatinas ni al momento del diagnóstico de
cáncer, mi interpretación (en realidad
de Ravnskov y compañeros) por el momento difiere de la expuesta por los autores del artículo:
Los pacientes con colesterol más elevado tienen una supervivencia superior ante cáncer.
¿Por qué? Bueno, echad un vistazo a los artículos comentados por David Evans en la
categoría de colesterol y cáncer, sobre todo a los referentes al colesterol HDL (
como éste), o a
mi anterior entrada
donde se liga colesterol y longevidad. Sí, muchos de los estudios
también son epidemiológicos, pero difieren del estudio danés en cómo
encuentran los casos de control: los casos de estudio son todos los
pacientes con la enfermedad y se
buscan como controles individuos
sin la enfermedad bajo estudio. Este mismo enfoque se le puede dar al
observar el efecto de las estatinas en el cáncer.
Población de control: sanos
El uso de inhibidores de la coenzima hidroxi-metil-glutaril A reductasa está asociado con cánceres linfoides. Iwata H.
et alter*. 2.006.
Este estudio examinó la asociación entre el uso de estatinas y el
desarrollo de cánceres linfoides. El uso de estatinas entre 221 casos
consecutivos diagnosticados en el Hospital Toranomon de cánceres
linfoides (linfoma y mieloma) fue comparado con el uso de estatinas
entre 879 pacientes sin cáncer (ortopedia y otorrinolaringología) del
mismo hospital. Los controles fueron emparejados de manera individualizada con casos por edad, sexo y año de admisión.
El estudio encontró que el uso de estatinas era un 124% (34% a 266%)
superior entre los pacientes con cáncer linfoide que en los otros
pacientes.
Las estatinas incrementan el riesgo de cáncer de próstata: un estudio con control procedentes de la población. Chang CC
et alter*. 2.011.
El estudio examinó 388 casos de cáncer de próstata y 1.552 controles. El
estudio encontró: (a) Haber usado estatinas suponía un riesgo relativo
depadecer cáncer de próstata de 1'55 (1'09 a 2'19) respecto a no
haberlas consumido nunca, es decir, grosso modo un incremento del 55% de
la probabilidad de padecerlo.
(b) Respecto a los no consumidores, aquellos con una dosis acumulada de
consumo de estatinas menor, tenían un riesgo relativo del 1'17 (0'60 a
2'28); aquellos con una dosis acumulada de consumo de estatinas
intermedia tenían un riesgo relativo de 1'59 (1'02 a 2'48); aquellos con
una dosis acumulada de consumo de estatinas mayor tenían un riesgo
relativo de 1'86 (1'03 a 3'37). Cabe resaltar que encontrarse una
relación dosis-respuesta es un fuerte indicio de causalidad.
Conclusión
Perdonad si el tema ya me parece totalmente cansino y pongo punto final a
las entradas sobre estatinas, al menos como tema principal, justo aquí.
A quien aún no haya convencido de que tomar estatinas es una mala idea, no creo que lo vaya a convencer escribiendo más.
*
[Añadido el 7/XI/2023] Esquivaba la abreviatura
et al. porque tengo personal aversión por abreviaturas y siglas. Pues bien, tal y como
me ha corregido Athaic la forma completa no es
et alter* sino que dependerá del sexo de los autores:
et alii como masculino (¿genérico?),
et aliae como femenino, o
et alia como neutro... Me rindo: empezaré a abreviar, salvo que alguien con mucho mejor nivel de latín que yo (no va a ser difícil) me confirme que
et alia sería correcta en cualquier caso.
Ya no se que más comer para subir el HDL. Me hincho a mantequilla todas las mañanas y cada 6 meses que me hago analítica, mi HDL siempre está entre 46 y 48. ¿Qué se te ocurre para poder elevarlo?