sábado, 24 de noviembre de 2012

Estatinas y cáncer

[Actualización a 7/XI/2023] Revisando por otras correcciones (el incorrecto et alter*) he visto que esta entrada la recuperé erróneamente en su día: copio y pego de versión en la WayBack Machine del 13/VI/2013.

 

Aunque ya he hablado de mi amor hacia las estatinas en este blog en otras ocasiones (aquí, acáallá o acullá; algo lateral aquí), además de en comentarios en el blog de David (respuesta a María, respuesta a Reyes...), no dejan de sorprendernos estudios aireados a ventilador en prensa sobre los beneficiocérrimos que son semejante invención (copia de la levadura roja del arroz) humana, las estatinas. Que los médicos estén en Bavia, totalmente crédulos (algunos, cuanto más arriba, por interés) en el sistema farmacéutico (en el que son el último eslabón en la cadena de venta) y sus bondades, fiándose totalmente de la información filtrada que tanto les suministran los visitadores médicos como les exponen colegas en congresos financiados por las farmacéuticas, no significa que vosotros hayáis de estarlo y que no podáis beneficiaros del derecho número 10 del paciente.

El acertijo sobre las estatinas, el colesterol bajo y el cáncer.  U. Ravnskov et alter*. 2.011.

A cientos de millones de personas a lo largo de todo el globo les están administrando estatinas porque se cree que su acción de reducción lipídica proporciona beneficios cardioprotectores. Los efectos adversos son considerados infrecuentes y suaves, y los autores de numerosos estudios de casos de pacientes bajo tratamiento de estatinas emparejados con casos de control de individuos sin tratamiento han incluso sugerido un efecto protector contra numerosas enfermedades no cardiacas, incluyendo el cáncer. Como contrapunto, cuatro estudios de intervención aleatorizados de estatinas han dado como resultado un incremento estadísticamente significativo de cáncer en el grupo bajo tratamiento, y tanto varios estudios con casos emparejados con controles como estudios de cohorte han mostrado un riesgo significativo de cáncer asociado con las estatinas. Para aumentar el nivel de confusión en el tema, metaanálisis de ensayos controlados y aleatorizados de estatinas no han mostrado ni un aumento ni un descenso de riesgo de cáncer. Algunas de estas discrepancias pueden ser resultado de no conseguir reconocer que la cuenta de casos de cáncer en los ensayos de estatinas está sesgada por varias razones.

En este altamente interesante artículo, el Dr. Ravnskov y compañeros exponen los argumentos a favor de la interpretación de la mayor incidencia de cáncer en pacientes consumiendo estatinas en los ensayos clínicos en que se ha medido este hecho, sea debida a la reducción de colesterol conseguida, dada la intervención de las lipoproteínas en la defensa inmune del organismo y la relación entre varias infecciones víricas y bacterianas con algunos tipos de cáncer. Asimismo, expone como principal hipótesis de que no se haya medido en todos los ensayos de intervención tanto en la breve duración de éstos cuando la mayoría de la casuística de cáncer vendrá dada al cabo de varios lustros de exposición, así como el estar centrados en poblaciones de bajo riesgo (ni fumadores, ni ancianos); de especial interés es reseñar que los tipos de cáncer con casuística más rápida frente a exposición donde sería más fácil obtener datos en ensayos cortos, como los cánceres de piel no-melanoma, son directa y convenientemente excluidos de las estadísticas. 

Por cierto, los Jaminet tienen varias entradas al respecto del papel de las lipoproteínas en la función inmune:
Sobre el impacto en la incidencia en el cáncer según la franja de edad, podéis consultar el metaanálisis comentado por David Evans, donde con una población total de 42.902 (aproximadamente la mitad bajo tratamiento con pravastatina), la incidencia de cánces da un 6% superior para la población bajo tratamiento, aunque estadísticamente no significativo; lo que sí salió estadísticamente significativo fue un mayor riesgo de cáncer para los consumidores de la estatina en función de la edad. Esta mayor vulnerabilidad de los ancianos ante las maravillosas estatinas queda de relieve en el resultado del PROSPER: incremento de los casos de cáncer del 25% (ratio de riesgo del 1'25 con intervalo de confianza del 95% —grosso modo, 1 de cada 20 de estos intervalos, supuesto que volviésemos a realizar el estudio otras  19 veces con mismo tamaño, no contendrá el resultado real al que llegaríamos observando una población de tamaño mucho mayor— del 1'04 al 1'51) bajo estatinas respecto a bajo placebo.

Veamos a qué jugaron entonces los investigadores daneses en su estudio epidemiológico, apuntado por Concha en JyB., y también comentado por el Dr. Briffa.


Población de control: enfermos


Uso de de estatinas y mortalidad relacionada con el cáncer reducida.  Sune F. Nielsen et alter*. 2.012.

Calculamos la mortalidad entre pacientes daneses que hubiesen recibido un diagnóstico de cáncer entre 1995 y 2007, con seguimiento hasta el 31 de diciembre de 2009. Entre aquellos pacientes de 40 años o mayores 18.721 habían usado estatinas con regularidad con anterioridad al diagnóstico y 277.204 no las habían consumido nunca.

Ratios de riesgo tras ajuste multivariable para los consumidores de estatinas en comparación con pacientes que nunca las habían tomado, fueron de 0'85 (intervalo de confianza del 95%, 0'83 a 0'87) para muerte por cualquier causa y de 0'85 (0'82 a 0'87) para mortalidad por cáncer. Ratios de riesgo ajustadas para mortalidad por cualquier causa en función de la dosis diaria definida de estatinas (la dosis promedio de mantenimiento por día) fueron de 0'82 (0'81 a 0'85) para una dosis diaria definida de 0'01 a 0'75, 0'87 (0'83 a 0'89) para 0'76 a 1'50, y 0'87 (0'81 a 0'91) para dosis diarias definidas superiores a 1'50; las correspondientes ratio de riesgo para muerte por cáncer fueron 0'83 (0'81 a 0'86), 0'87 (0'83 a 0'91) y 0'87 (0'81 a 0'92). La mortalidad relacionada con cáncer reducida entre los consumidores de estatinas en comparación con los que no las habían tomado nunca se observó para cada uno de los 13 tipos de cáncer.
 
El uso de estatinas en pacientes con cáncer está asociada con una mortalidad relacionada con el cáncer reducida. Este hecho sugiere la necesidad de ensayos clínicos con estatinas en pacientes con cáncer.

No diciendo los autores en ningún sitio que hayan mirado el nivel de colesterol en ningún momento a lo largo del resumen accesible gratis, ni antes del tratamiento con estatinas ni al momento del diagnóstico de cáncer, mi interpretación (en realidad de Ravnskov y compañeros) por el momento difiere de la expuesta por los autores del artículo:
Los pacientes con colesterol más elevado tienen una supervivencia superior ante cáncer.
¿Por qué? Bueno, echad un vistazo a los artículos comentados por David Evans en la categoría de colesterol y cáncer, sobre todo a los referentes al colesterol HDL (como éste), o a mi anterior entrada donde se liga colesterol y longevidad. Sí, muchos de los estudios también son epidemiológicos, pero difieren del estudio danés en cómo encuentran los casos de control: los casos de estudio son todos los pacientes con la enfermedad y se buscan como controles individuos sin la enfermedad bajo estudio. Este mismo enfoque se le puede dar al observar el efecto de las estatinas en el cáncer.


Población de control: sanos


El uso de inhibidores de la coenzima hidroxi-metil-glutaril A reductasa está asociado con cánceres linfoides. Iwata H. et alter*. 2.006.

Este estudio examinó la asociación entre el uso de estatinas y el desarrollo de cánceres linfoides. El uso de estatinas entre 221 casos consecutivos diagnosticados en el Hospital Toranomon de cánceres linfoides (linfoma y mieloma) fue comparado con el uso de estatinas entre 879 pacientes sin cáncer (ortopedia y otorrinolaringología) del mismo hospital. Los controles fueron emparejados de manera individualizada con casos por edad, sexo y año de admisión.

El estudio encontró que el uso de estatinas era un 124% (34% a 266%) superior entre los pacientes con cáncer linfoide que en los otros pacientes.

Las estatinas incrementan el riesgo de cáncer de próstata: un estudio con control procedentes de la población. Chang CC et alter*. 2.011.

El estudio examinó 388 casos de cáncer de próstata y 1.552 controles. El estudio encontró: (a) Haber usado estatinas suponía un riesgo relativo depadecer cáncer de próstata de 1'55 (1'09 a 2'19) respecto a no haberlas consumido nunca, es decir, grosso modo un incremento del 55% de la probabilidad de padecerlo. (b) Respecto a los no consumidores, aquellos con una dosis acumulada de consumo de estatinas menor, tenían un riesgo relativo del 1'17 (0'60 a 2'28); aquellos con una dosis acumulada de consumo de estatinas intermedia tenían un riesgo relativo de 1'59 (1'02 a 2'48); aquellos con una dosis acumulada de consumo de estatinas mayor tenían un riesgo relativo de 1'86 (1'03 a 3'37). Cabe resaltar que encontrarse una relación dosis-respuesta es un fuerte indicio de causalidad.


Conclusión

Perdonad si el tema ya me parece totalmente cansino y pongo punto final a las entradas sobre estatinas, al menos como tema principal, justo aquí.

A quien aún no haya convencido de que tomar estatinas es una mala idea, no creo que lo vaya a convencer escribiendo más.

 



*[Añadido el 7/XI/2023] Esquivaba la abreviatura et al. porque tengo personal aversión por abreviaturas y siglas. Pues bien, tal y como me ha corregido Athaic la forma completa no es et alter* sino que dependerá del sexo de los autores: et alii como masculino (¿genérico?), et aliae como femenino, o et alia como neutro... Me rindo: empezaré a abreviar, salvo que alguien con mucho mejor nivel de latín que yo (no va a ser difícil) me confirme que et alia sería correcta en cualquier caso.

1 comentario:

  1. Ayer me cargué varias entradas sobre estatinas del blog: ya están recuperadas, pero los comentarios hasta ayer sólo los puedo reponer como entrada aparte; los de ésta accesibles aquí.

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